It’s Such A Beautiful Day (Don Hertzfeldt, 2012)

It's Such a Beautiful Day (2012)

It’s Such A Beautiful Day es dura, extraña, compleja, y bella. Su metraje, corto e intenso, nos hace vivir un cúmulo de emociones que difícilmente podremos olvidar. Esta película deja muesca en los huesos de nuestro corazón, y nos hará acompañar al personaje principal a un mundo difícil, extraño, y seguramente desconocido para la mayoría de los espectadores, entre los que me incluyo.

El protagonista de esta historia, Bill, padece algún tipo de enfermedad mental o trastorno psicológico parecido a la esquizofrenia, y Don Hertzfeldt a través de sus dibujos, trazados con extrema simplicidad pero con una delicada ejecución, combinado con su voz de narrador y un puñado de imágenes borrosas y desenfocadas, nos pone en el pellejo de quien sufre este tipo de males, de una forma que nunca jamás un servidor podría haber imaginado.

Se trata de un personaje de rasgos comunes y pensamientos complejos, como podríamos ser tú y yo. Sus vivencias están plagadas de seres terroríficos, de experiencias perturbadoras, de recuerdos borrosos y de situaciones enfermizas.

Bill, que parece no terminar de ser consciente de sus propios males, inventa historias con extraños personajes para llenar aquellos momentos que le son borrosos, extraños, o han sido olvidados de su recuerdo. No es consciente del paso del tiempo ni casi de su propia historia. Parece predestinado a la tragedia debido al testigo que recoge en su difícil infancia, con familiares decadentes y perturbados, y padres que se marchan para nunca volver. A lo largo de la historia que Bill intenta contarnos, todos los personajes en los que centra el más mínimo foco de atención padecen de algún tipo de deformación física o trastorno mental. Pero nunca terminamos de saber si el caos del que somos testigos es real o no es más que una extraña simulación con la que su mente enloquece.

Sólo hay un personaje que parece ser capaz de retratar con lucidez: su ex-novia. Pese a no poder siquiera recordar su nombre, los momentos a su lado son los únicos que parecen residir de forma imperecedera en su mente. Ella se siente incómoda junto a Bill, pero puede que debido a que le abandonó cuando fue diagnosticado de su enfermedad, esa sensación de culpabilidad la arrastre a seguir viéndose con él. Bill parece consciente de todo ello, pero es feliz al fin y al cabo.

Nuestro protagonista está en un constante estado de confusión, pero la enfermedad le hace empezar a prestar una cuidada atención a los detalles más fútiles y banales de su existencia.

Y es que el epílogo, en el que Bill parece sobrevivir a su propia muerte, creo que Hertzfeldt no trata de describir la inmortalidad existencial del protagonista, sino su última reflexión: únicamente a través de la atención a los detalles se encuentra la belleza de la vida. Sólo aprendiendo, amando, descubriendo, y también padeciendo, llega la existencia a ser plena y eterna. Sólo de esta forma podrá alguien estar orgulloso de nosotros, y únicamente así seremos capaces de dar un paseo en un día soleado sin mayores pretensiones que la de acabar preguntándonos “isn’t everything amazing?”.

Puntuación: 10/10

It's Such a Beautiful Day (2012) (3)

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