Prisioneros (Denis Villeneuve, 2013)

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Es Acción de Gracias, llueve y la atmósfera es oscura. La tensión se puede cortar con un cuchillo pese a que las imágenes nos muestran imágenes festivas, familiares y alegres, pero es cuando la cámara se coloca en el interior de una destartalada RV y se escucha una inquietante respiración cuando la tensión comienza a justificarse.


Prisoners es una buena película, pero tiene un gran problema, y es que ella misma se cree peliculón y no consigue lograr su objetivo, porque a medida que la trama entreteje su oscuro laberinto, comienzan a formarse grietas que debilitan su propia telaraña hasta que, finalmente, el espectador se encuentra tan decepcionado por el incumplimiento de las promesas propuestas que poco a poco deja de poder disfrutar y creer en la verosimilitud de esta historia.

La oportuna llamada telefónica a Loki cuando registra el refugio de Keller y que no vuelva para terminar su investigación; la escena en la que Bob Taylor se suicida; el hecho de que Keller no sea capaz de hacer frente a una viejecita, teniendo incluso un arma al alcance de la mano, y dadas sus motivaciones y actividades previas; o la falta de vigilancia policial sobre Keller y Alex, principales sospechosos del crimen, con la absurda justificación de la falta de personal cuando los bosques están plagados de policías rastreando pruebas son algunas de las lagunas que se encuentran francamente mal resueltas en Prisoners.

Villeneuve quiso construir un nuevo Se7en, otro Zodiac, otro oscuro y complejo drama memorable, y estuvo cerca de lograrlo, pero como dice el refrán: “el Diablo está en los detalles”. Prisoners pasa de candidata a obra maestra, a ser, simplemente, un interesante drama. Nada más.

Leyendo la crítica parece que todo se ha hecho mal en esta película, y para nada es así: las interpretaciones de los personajes son soberbias (Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal y Paul Dano son nombres que, por sí solos, ya dan fe de esta afirmación), la densa e inquietante atmósfera es verdaderamente sensacional, y la capacidad de Villeneuve para crear tensión y mantener la atención del espectador durante las más de dos horas que dura la película es realmente notable. Pero como digo, el gran problema de Prisoners es que se cree, y se nos ha vendido, como algo mejor de lo que realmente es, y creo que una película debe responder antes las pretensiones y objetivos que se propone. Es por ello, que la película de Denis Villeneuve fracasa, sin ser precisamente una mala película.

Puntuación: 6/10

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